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7 de mayo de 2011

Èrase una vez...(V)

Un ginecólogo está esperando a su última paciente y esta no llega. Después una media hora, supone que no vendrá y decide tomarse un whisky para relajarse antes de volver a su casa. Se sienta en su sillón cuando suena el timbre. Es su paciente que llega tarde y pide disculpas por el retraso.

-No tiene importancia, responde el médico. Estaba tomando un whisky y esperando para irme a casa, ¿quiere uno para relajarse? 

-Con mucho gusto – responde la paciente. 
Él le sirve una copa y sienta frente a ella para conversar. Empiezan a hablar de temas banales cuando de repente se escucha una llave dentro de la puerta de la consulta. 

El médico se levanta sobresaltado y dice: 

¡Mi mujer!. Rápido quítese la ropa, baje las bragas y abra las piernas.


Por Juan José Millás

8 comentarios:

Pilistruski dijo...

jajaja, Millás es el puto amo! me encanta :)
qué tal va la técnica de los ositos de gominola??? :) Hoy de tapeo, eh!

A D A G I O dijo...

jajaja es muy bueno!! coincido con Pilitruski, Millás es genial!XDD

Te dejo un abrazo por aquí. A cuidarse!

Shhh... dijo...

jaja, qué bueno, también coincido con las chicas, grande Millás ^^

marialuisa dijo...

Genial!!! jaja

saludos

Doctora dijo...

Me ha encantado,corto y original,así deben ser los relatos :)

LA DESGRACIÁ dijo...

Ya podían mis médicos ofrecerme una copa..

bss

Ellen dijo...

jajajajaja!! una historia ginecológica como otra cualquiera, vamos!



Yo tengo una más graciosa! la cara de mi hermana cuando le dije al mío que lo hacía con chicas. Sí, es que es de esas que se piensa que solo nos damos besitos y abrazos jajajaja!! valla tela


MUÁ!


Ellen.

Estela Rengel dijo...

Qué bueno, jajaja! Oye, ya podían tener todos los médicos una copita para ofrecernos, ¿que no? xD

 

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