55 horas

Lo primero de todo, perdón por tardar un poco en actualizar. Iba a intentarlo ayer pero sabía que en cuanto me pusiera se me saltarían las lágrimas recordando el que ha sido uno de los mejores fines de semana de mi vida. 

No sé muy bien qué contar en este post, si bien hay cosas que prefiero que permanezcan privadas me gustaría gritarle al mundo (o a esta pequeña parte del mundo) lo feliz que soy por culpa de una personita con la que he tenido la suerte de pasar este pasado fin de semana en Madrid.

El reencuentro, los nervios, las presentaciones, plaza del Sol, Chueca y una pizza cocinada por ella conformaron nuestro viernes.

Yo no sabía eso de que da igual donde estés si estás al lado de la persona adecuada. Incluso aunque sea tirada en la cama porque tu estómago ha decidido ponerse en huelga ese día. 

Cuando recuperé un poco dimos una vueltita más por el centro de Madrid, en el cual descubrimos que los frapuchinos del Starbucks están que te muereeees, incluso en invierno. 

¡Ah! Y por fin he podido montar en las barquitas de Retiro. Siempre pensé que iría sola o con algún amigo pero ¡no! Ella remó por mí porque mi inutilidad y mi debilidad no me permitían avanzar mucho que digamos. 

En fin, que lo único malo de este finde que se pasó volando fue la despedida. Odio las despedidas. Espero que la suerte ponga un poquito de su parte y podamos volver a vernos muy pronto. 

Estoy feliz de haber encontrado a alguien como ella, pese a la distancia. Porque gracias a la infinita sabiduría de los estados de tuenti sé que: "Cuando sabes lo que realmente importa da igual la distancia que hay en medio porque estás seguro que al volver seguirá ahí" y eso me basta :) 


Paz y amor para todos.