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23 de noviembre de 2010

Manifiesto dactilar

Hola, soy un dedo y en nombre de todos mis compañeros me gustaría dejar algunas cosas claras. Sé que a veces la manera más rápida de saber si un líquido está caliente es meternos a uno de nosotros. Vosotros no le dais importancia pero, ¿os habéis puesto alguna vez en nuestro lugar? ¿Cómo os sentaría que alguien os cogiera por las buenas y os pusiera la cabeza en un barreño de agua hirviendo? A nadie le gusta que lo abrasen. ¡Ah! Y cuando queráis saber si un mueble tiene mucho polvo, coged un paño por favor, no nos uséis a nosotros que además de que es asqueroso que te llenen la cara de polvo, hay muchos dedos que son alérgicos a los ácaros. También quería comentar el tema dedales, ponednos los dedales poco a poco porque si nos los ponéis de golpe, pensamos que nos hemos quedado ciegos de repente y es una sensación muy angustiosa. Lo mismo con los guantes, está bien que nos resguardéis del frío pero no hace falta que nos tapéis la cabeza. De hecho para eso se inventaron los guantes con la parte de arriba de los dedos cortada. Y, hablando de guantes, señores proctólogos, yo les agradezco que nos protejan con guantes de plástico pero, por favor, no lo hagan con guantes de plástico transparente, porque vale que no toquemos nada directamente pero lo vemos todo y desde muy muy cerca. Y… una cosilla, en todos los supermercados del mundo venden bastoncillos para las orejas. Creo que sabéis de lo que hablo.
Bueno, no todos son quejas. Quería agradeceros que después de una ducha nos uséis para dibujar cosas en el vaho del espejo. Es una sensación muy guay porque sientes un agüilla templada muy agradable y a la vez estás haciendo algo creativo. También nos gusta mucho que nos utilicen para pillar algo de nata cuando sirven un postre. Aunque es una sensación contradictoria: por una parte disfrutas del tacto de la nata pero por otra sabes que te van a chupar la cara en breve y eso no mola nada. Y otra cosa muy importante, cada vez se fabrican anillos más y más pequeños y además estoy seguro de que los dedos que salen en los catálogos de joyas están retocados con Photoshop. Que sepáis que estáis promoviendo un estereotipo dactilar de extrema delgadez muy peligroso, sobre todo entre los más pequeños que son los más influenciables: los meñiques.
Lo único que quiero conseguir con esto es que no sólo nos veáis con ese apéndice que sirve para manejar un I-phone. Los dedos somos mucho más que eso. Sufrimos, reímos, sentimos y además tenemos familia.

(vía nimiascosasminimas)

6 comentarios:

Laurita Whitman dijo...

¡Qué ocurrencia más guay! Felicidades por tu imaginación...o por haber conversado con alguno de tus dedos...

Veo Visiones dijo...

Es genial tu entrada!!! Una gran imaginación la tuya!!^^

Saludos!

Nosu dijo...

y nos dejamos un uso muy importante del dedo.. de éste no creo que se quejen!

Utopia dijo...

El texto no es mío, lo saqué del blog que menciono al final, pero de todas maneras, gracias!
Nosu, yo también pesné en eso pero no quería quitarle ese tono de inocencia al texto xD

Doctora dijo...

Oh,este texto me ha llegado al corazón,si lo hubiera leido hace años seguramente me habría evitado cierto accidente...
Los dedos son siempre el peón que sacrificamos,es verdad :)

Estela Rengel dijo...

Qué bueno, me ha encantado.

 

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