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Ayer mi novia y yo celebramos nuestro 2º aniversario juntas y felices. Salimos a dar una vuelta por Barcelona que, como no, está preciosa vestida de navidad con sus lucecitas (a veces un poco epilépticas), sus pistas de hielo, sus caganers de Darth Vader y sus cagatíos en el mercado de Santa Lucía. Para los ajenos a esta tradición catalana por favor pinchad en la imagen.

Yo también quedé un poco con cara WTF cuando me comentaron lo de golpear un tronco para que cague regalos. Pero bueno, hay cosas más raras: gente que a día de hoy seguiría votando al PP. Por poner un ejemplo.

Después de una vuelta en la que me enamoré perdidamente de una silla con forma de oreo y un portalentillas con forma de gafas de sol fuimos a cenar a un restaurante llamado Cor Caliu en el barrio de l'Eixample. Comimos hasta atiborrarnos por menos de 15 euros en un ambiente bastante cuco.

Como no me podía aguantar más (y porque ella no paraba de decirme desde hace un mes: ¡este móvil es una mierda! ¡la batería se descarga con solo mirarla! ¡aaaaay!) el día anterior le hice entrega de un código BIDI que representaba el móvil que le regalaré por su cumpleaños. Ya estamos ultimando los preparativos para el funeral de su Huawei del año la pera.

¡Feliz puente a todas! :D ¡Qué gusto da no madrugar un viernes y que la semana tenga cuatro días!