Hace 24 horas estaba en Madrid, esa capital que ha inspirado canciones a Shakira y a Pereza. En teoría iba para pasar el día y acompañar a un familiar pero de repente me vi durmiendo en un hotel con lo puesto, ni siquiera llevaba ropa interior para cambiarme (soy una asquerosa lo sé, pero no estaba planeado ¬¬) La cosa es que después de cenar en un sitio un tanto asqueroso (mira que no habrá sitios chulos pa cenar en Madrid) eran ya las 10 de la noche. Superpronto vaya así que mi padre me preguntó dónde quería ir. Le propuse ir a Chueca, en plan coña claro, pero dijo que no sabía dónde estaba y mis conocimientos sobre geografía madrileña brillan por su ausencia así que salimos a dar una vuelta, sin más. De repente vimos un bus cuyo destino era plaza mayor y no dudamos en cogerlo. Cuando estabamos pagando, el autobusero que era muy majo nos dijo que la plaza mayor estaba a 5 minutos. ¡Viva nuestra orientación! Estabamos en pleno centro de Madrid y sin enterarnos. Caminamos un buen rato por los sitios míticos: la plaza Mayor, Gran Vía, Puerta del Sol... La verdad es que le estoy cogiendo gusto a la que espero, sea mi ciudad durante un tiempo. El tráfico es otro asunto.
Sin duda, el viaje mereció la pena sólo por la horchata que me bebí en una terracita con 33º a las once de la noche. Toma calentamiento global.
A la mañana siguiente hicimos los recados pertinentes, visité a mi bisabuela que hacía mucho que no veía. La pobre casi no ve pero la mente la tiene totalmente despejada. Me contó que hay un hombre muy pesao que le escribe poesías, al parecer, un antiguo poeta que aún sigue en su empeño de sacar arte de unas palabras. ¡Qué bonito!
Conocí a una familia muy maja de mexicanos que llevaban dos semanas por Europa: París, Roma, Londres, Madrid... y que ese mismo día se iban a Sevilla. Espero que la caló sea benevolente con ellos.
Después de muuuuuuuuchas horas en carretera en las que traté de recuperar fuerzas después de todas las idas y venidas, al menos cuando no tocaba conducir, llegué por fin a casa. ¡Qué sensación de extrañeza te produce llegar a tu propia casa cuando llevas un tiempo fuera! Vi a mi madre después de muchos días. Apenas tuvimos tiempo para contarnos nuestras vidas pero quedé en reservarnos un día para cada una. Quería ir directamente a la cama pero mis amigas me llamaron. El día aún no había finalizado y quedaba gente por conocer.
Tomando algo me presentaron a dos chicos muy majos de Senegal. Uno estaba de viaje pero otro llevaba viviendo aquí unos dos años. El segundo nos contó su historia sobre cómo llegó en patera, dejó a sus padres allí e intentaba ganarse la vida como podía en España. Como él dijo, allí con 10 años ya eres un hombre, aquí aún tenía que esperar a los 18 para dejar de sentirse un niño.
Siempre hay personas con una historia que contar y a veces no nos damos ni cuenta de que estan ahí. En fin, voy a recuperar un poco el sueño.
Un beso.
Pd: nota mental. ESTO es un galgo.
1 comentario:
Madrid es genial...para unos días! Pero no saber ir a CHuecaaaaaa...te montas en el metro y te bajas en la parada! :-P. Besotes
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