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8 de agosto de 2010

I love your glasses

La verdad es que estos días me estoy enfrentando a un agujero negro de contenido para el blog. Recapacitando me he dado cuenta de que no es por culpa de mi vida, últimamente está siendo bastante interesante pero como la mayoría son idas y venidas sobre lo mismo para acabar en el mismo punto no sé si merece la pena estresar a mis selectos lectores con rayadas varias.

Podría centrarme en los aspectos graciosos. Por ejemplo, salir con una amiga con unas gafas como llamo yo: de pastis. Exactamente estas:


(ainsss con esta mujer empezó a flaquearme la heterosexualidad)


y estas:


(estas, en concreto, acabaron en un lugar incierto al final de la noche)

La gente nos miraba pero no se dedicaban a reirse y ya. Uno hasta me las quiso cambiar por las suyas de ver. ¡Qué poco civismo!

A ver que más... bueno sí, me agarré una de esas borracheras fuertes fuertes a lo tonto por andar mezclando. En esos momentos de felicidad previos a estar tirado por los suelos me entraron unas ganísimas de mandarle (a ella) un SMS. Menos mal que tengo unos buenos amigos que me lo impideron y mi sentido común soltó la mítica frase de Ahora te parecerá una idea buenísima pero tu yo sobria de mañana te odiará por esto. La resaca al día siguiente fue monumental, sólo diré que apareció un globo de Mc'Donalds en mi habitación y no tengo ni idea cómo llegó allí.

El sábado fue mi primera vez. Me sudaban las manos y no sabía si iba a estar a la altura de las circunstancias. Lo tomé entre mis manos, recelosa de que pudiera hacerlo sin consecuencias fatales para mi salud. Primero utilicé un dedo, luego otro... La verdad es que no estuvo mal mi primera experiencia con la mantequilla de cacahuete (malpensadaaas!:P) Sabe demasiado a cacahuete (no me digas?) pero todo es acostumbrarse.

El sábado también quedé con mi familia de Madrid. Mi prima pequeña encontró un caracol pero como tenía que merendar le dejé un pañuelo para que lo guardara en el bolsillo. Creédme, intenté que lo devolviera a su sitio pero pasó de mí. Su padre ignoraba este hecho así que podéis imaginar cómo acabó el pobre caracol cuando palpó con demasiada fuerza lo que había en su bolsillo. RIP.

De noche me convencí a mí misma que me quedaría en casa. Que olvidaría el alcohol por un tiempo pero tengo unos amigos muy convincentes o una fuerza de voluntad nula. Acabé llegando a las seis y aunque no quería, también acabé un poco rayada. No me gusta que jueguen conmigo ni que me digan una cosa de tarde y de noche cambien de opinión. Porque para persona veleta ya estoy yo. Porque hay demasiada gente interesante por ahí y porque ya era hora de decir: siguienteeeee! ... ¡Mierda! Si es que al final lo acabo soltando todo por aquí, aunque al fin y al cabo este blog es más terapéutico que otra cosa.

Al final me ha quedado una entrada bastante larga. Con poco orden, eso sí, pero que refleja un poco el caos de acontecimientos de este verano en el que, a pesar de todo, lo estoy pasando GENIAAAAL!


1 comentario:

Tantaria dijo...

Me quedo con las segundas, jeje :-P

 

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