header

header

14 de agosto de 2010

Terapia de blog

Llevaba bastante tiempo demasiado optimista y de buen humor como para que me durase. Tampoco es que ahora esté por los suelos pero ando algo mosca con mis amigos y con un poco de mal humor, aunque espero que esto sea lo pasajero y no lo bueno.

La cosa es que cada vez me doy más cuenta de que la gente que la gente va, lo que vulgarmente se conoce como a su bola. Yo suelo organizarme de acuerdo a los planes de los demás, sacrificando los propios para poder cuadrar todo un poco mejor con el resto pero últimamente noto que el resto sólo le importa lo propio. Egoísmo que lo llaman, ¿no?

El colmo llegó el otro día cuando me enteré que uno de mis mejores amigos, esos colegas que están ahí en todas las fiestas y al que yo pensé que podía contar mis cosas fue largando por ahí una cosa que se suponía secreta. Sinceramente, a mí me da igual que la gente se entere de si me acuesto con menganito o fulanita, pero si hay personas implicadas que no quieren que eso se sepa, no sé por qué este amigo en cuestión tiene que andar contándolo por ahí. La cuestión es que tuvimos riña esta noche y como sólo quedábamos él y yo me tuve que venir sola de madrugada, lo cual, con unos graditos de alcohol en sangre no era lo que más me apetecía. No os preocupéis, he llegado entera, si no no estaría escribiendo esta entrada de desahogo.

También se acumulan otras cosas: mi mejor amiga se va de Erasmus y no la volveré a ver hasta no se sabe cuándo, mi familia cada vez se fragmenta más y últimamente cada vez tengo la casa más a menudo para mí sola. Antes era cuestión de fiestas todos los días pero, no sé, los últimos días me siento un poco lonely, jo.

No me malinterpretéis, estoy disfrutando este verano como si fuera el último y doy gracias por la vida que vivo pero hay veces que no puedo evitar rayarme por estas cosas. En parte, para eso creé este blog, para confesar mis penas un sábado a las 4:25 de la mañana después de una noche de fiesta poco satisfactoria.

Creo que me voy despidiendo para dormir que mañana tengo que "madrugar" a la 1:00.

pd: es injusto que cuando ya la creía olvidada después de un mes sin verla o hablar siquiera suene esa canción en un bar de mala muerte y recuerde aquella noche con total intensidad. Supongo que dos meses aún no son suficiente. Fue tan bonito cuando cogí la guitarra y... en fin, eso será otra entrada (¿merece la pena recordarlo?) No sé... buenas noches.


3 comentarios:

Juan Rodríguez Millán dijo...

Te entiendo perfectamente, y en algo me siento muy identificado. Creo que todos hemos pasado alguna vez por momentos así con los amigos. Supongo que de los palos se aprende, pero no hace ninguna gracia. Lo mejor que te puedo decir es que disfrutes lo más posible de esos momentos de soledad, porque también son importantes. Y tu amiga de Erasmus... Ya verás como hablas con ella más que teniéndola aquí al lado.

Las canciones, las películas y los libros tienden a aparecer en nuestras vidas en el momento en el que menos necesitamos recordarlos. No sé por qué, pero no falla.

Tantaria dijo...

Sí hija, cuánta razón tienes. Pero hay que adaptarse o bien hacer valer lo que te apetece ;-P

FueraDeReceta dijo...

La gente que está de verdad no se va, por muy lejos que esté!!
Es cierto lod las canciones, a mi me pasa hasta con un modelo de coche... xddd

 

Copyright © 2010 Buscadora de Utopías