Dijous

Todos los jueves tengo la misma sensación: a la semana laboral le sobra un día. Los jueves se me antojan como el último esfuerzo antes del fin de semana pero ¡NO! aún tengo que madrugar un día más para disfrutar de ese privilegio. Con lo bonito (y poco eficiente) que sería trabajar cuatro días y descansar tres.

Por suerte mi novia ya está aquí y hará que todo sea un poco más ameno. Esta vez se queda más de dos semanas con la compleja tarea de buscar trabajo. Preferimos no tener muchas esperanzas tal y como están las cosas pero ojalá tenga suerte más pronto que tarde.

Por si no lo habíais notado, ya es invierno. Yo que creí que en Cataluña no hacía apenas frío y cada mañana se me congelan las pestañas de camino al tren. No sé si podré soportarlo tres o cuatro meses más si ya echo de menos las camisetas y los pantalones cortos. Mi única esperanza es que en un mes los días volverán a crecer y no saldré del trabajo de noche.

Hoy una señora solitaria me ha dado un folleto a las ocho de la mañana. Como iba con el i-pod no me enteré muy bien de lo que me decía así que lo cogí. Cuando vi la portada “¿Dejaremos de sufrir algún día? ¿Diría que sí, no, tal vez?” me di cuenta de que ya me habían colado un folleto religioso que normalmente son super graciosos de leer. Lo más cómico es que es de los testigos de Jehová y puedes mandar el folleto (por voluntad propia) y marcar la casilla “Deseo que un testigo me visite” ¿En serio que alguien quiere (por voluntad propia) que un testigo llame a insistentemente a la puerta de tu casa? ¿La señora aquella era un testigo de Jehová o simplemente me dio el folleto para deshacerse de él?