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22 de marzo de 2011

Reflexiones que te sorprenden un viernes a las 8 de la tarde después de una espicha


Aún no sé cómo he acabado en la playa. Instantes antes me negaba en rotundo a pisar la arena mojada por miedo a manchar los impolutos Converse rojos. Ahora mis pasos que dejan huella me guían de manera inexorable hacia la orilla. 


Ha sido una espicha genial. Me he reencontrado con amigos que hacía meses que no veía. Ella ha estado allí y ni se ha dignado a llamarme, me la tuve que encontrar de repente cuando llevaba demasiadas copas encima. Cuando la veo siempre tengo demasiadas copas encima aunque sólo haya bebido un vaso de agua. He bailado al lado de un bafle, he comido Fritos como en la infancia y he hablado con gente que ni siquiera conocía.
Sin embargo, ahora la calma. La playa ofrece un espectáculo inigualable este atardecer. La marea está baja, especialmente baja diría yo, seguramente por los efectos de la inminente "Super Luna" Los extensos charcos reflejan las luces de la ciudad, y si entrecierras los ojos apenas puedes percibir la diferencia entre el mundo de arriba y el de abajo. Como un espejo perfecto donde juegan los tonos del atardecer. 
- ¡Qué romántico! - dice un amigo mío contemplando la vista con los brazos en jarra. 
Le doy la razón. Si ella estuviera allí sería perfecto. Pero claro, ella no está. Ni siquiera sabría apreciar aquel paisaje. Acompaño a mis dos amigos en el acto de sentarnos en la arena. Pronto siento que el agua de la arena mojada cala en mis vaqueros, pero no me importa. 
Mientras mis amigos se lían un porro, enciendo el i-pod y pongo el aleatorio canciones. Paso un par de ellas que hace siglos que no escucho y aparece For the first time de The Script. Hace frío. Que ganas de que llegue la primavera de verdad. Me siento exhausta, quizás por la caminata o simplemente porque el alcohol va abandonando mi cuerpo para dejar sitio a la resaca. 
- ¡Qué guapo tío!- dice mi otro amigo mientras le da una fuerte calada al porro. 
Pauso la canción y hablamos de nuestras cosas, mirando al mar, cuyas olas se oyen morir a escasos metros de allí. Mi amigo comenta que echa de menos a la novia, el otro se ríe sin motivo y yo me limito a sonreír y a pensar qué será eso de echar de menos. Sé que sólo me hará sentir peor pero a pesar de todo saco el móvil del bolso y empiezo a ojear antiguos SMS. Sus mensajes. Estaría bien ver esos mensajes que nunca envió o, mejor aún, esos mensajes que yo nunca me atreví a enviar. 
Si no fuera porque apenas son las ocho y media de la tarde y no las siete de la mañana, aquello parecería un capítulo soft de Skins. Le doy al Play de nuevo al saber que mis amigos van en busca y captura de un sitio donde poner "descargar". 

Suena mi parte favorita de la canción : Oh these times are hard, Yeah they're making us crazy, Don't give up on me baby... Y me doy cuenta de lo jodidamente identificada que me siento con esa letra. Pienso en el futuro. El no saber dónde estaré en menos de seis meses produce en mí efectos contradictorios: no sé si alegrarme o aterrarme. Un Cocker se me acerca pidiéndome mimos y yo le acaricio, dándome cuenta por primera vez en toda la tarde de que algo de lo que he hecho durante la misma me ha dejado el esmalte de las uñas hecho una mierda. Me reincorporo y me sacudo la arena del pantalón. La canción se acaba y apago el aparato. Por enésima vez me prometo a mí misma no caer en el mismo círculo vicioso. Que no importe nada de lo que ella haga/diga/piense/bese... Que haga lo que haga yo hay cosas que no cambian. Cosas que verdaderamente son una utopía. Que tengo que pasar de ser buscadora a desertora.
Mis amigos me llaman justo después de cerrar mi pacto en silencio con la playa.  También le prometí ponerme a estudiar en serio... a ver qué promesa rompo antes.


4 comentarios:

Pilistruski dijo...

Con esas vistas es imposible no pensar alma utópica!! Esa playa tiene un efecto raro en las mentes...
Supongo que no hay tanta diferencia entre tajarse y playear a las 8 de la tarde q hacerlo a las 8 de la mañana, salvo por el hecho de q por la mañana ya es de día (comprobadito del viernes tb :p)
Debería estar prohibido salir con móvil, las peores cosas siempre ocurren con él. No te lamentes por los mensajes vacíos en la bandeja de salida, mandarlos es mucho peor sabiendo lo q hay. Jope, me voy a poner lacrimógena, así q me piro de aquí antes de ponerme profunda. Muchos Besotes! y desde la otra punta de la ciudad te digo, que no desertes, la utopía existe, se ve chiquitina a lo lejos, pero ahí está.

Caparina dijo...

Que preciosa playa!
Lo de los mensajes... creo que todos lo hemos hecho alguna vez... es masoquismo? porque a ver, tontos no somos, sabemos que va a ser peor... y aun así lo hacemos... why? :(
Me ha gustado mucho tu entrada, la verdad es que es muy triste, pero los has transmitido muy bien! O seré yo, que ultimamente estoy de un sentimental... me afecta todo!
Un beso, y muchos ánimos!!

Trasgu dijo...

Upss...me ha encantado tu post!! Me has transmitido mucho y por ello me siento identificada!! Esperar sms, o mail de esa personita a veces es masoquismo puro...pero humano también...Lo importante es reaccionar a tiempo y tirar pa'lante!!
La foto de la playa...preciosa!!!
Bsoss y anímate!! :D

Doctora dijo...

Qué profundo todo,me parece que necesitas echar un buen... ;P

 

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