"Quod natura non dat, Salamantica non prestat" Este dicho atribuido a la Universidad de Salamanca significa literalmente "Lo que la naturaleza no da, Salamanca no lo presta" Básicamente quiere decir que por mucho que vayas a la Universidad allí, si no eres un poco listo de nada te va a servir lo que aprendas.
A esa maravillosa ciudad llegamos el jueves casi a las dos de la mañana por lo que entre vestirse y medio-arreglarse sólo pudimos disfrutar de unos diez minutos de barra libre. Nunca había bebido un vaso entero de un trago. No lo recomiendo. Sube en seguida pero cualquier otra bebida que ingieras después puede ser el fin. Volví a ver a mi "primera", llamémosla así. Esa persona con la que pasan cosas aunque sea con unos cuantos grados de alcohol encima pero que te hacen replantearte muchos aspectos de tu vida. Estaba guapísima esa noche y me encantó volver a verla después de un año a pesar de que se tuviera que ir en seguida. Yo, por el contrario, me dediqué a probar todos esos chupitos extraños que en mi ciudad no hay y allí valían la mitad (canela, huevo, chocolate...) Es exagerado lo poco que vale todo, sobretodo la comida y el alcohol.
A la mañana siguiente con dos horas de sueño encima, no exagero ya que después de llegar de fiesta todavía nos entretuvimos fumando un poco de pipa de agua, me fui a clase con mi amiga. Apostamos una cena a ver quien se rajaba antes pero allí estaba yo, muerta del sueño. Ni siquiera pude ponerme las lentillas porque me ardían los ojos. La clase estuvo bastante entretenida y por suerte la profesora no me preguntó nada porque mi voz de ultratumba hubiera asustado a cualquiera. Entendí cosas y todo a pesar de no ser de mi rama. Sinceramente, no sé como la gente sale de jueves y luego van tranquilamente a clase los viernes. Porque yo lo hice un día y NUNCA MAIS!
Después de un pincho intenté dormir algo para recuperar pero me fue imposible. Recordando las tonterías de la noche pasada o de hace años nos dio la hora de comer. Decir que mi amiga de allí la conozco desde hace unos ocho años más o menos así que imaginaréis todos los momentos que hemos podido compartir Comimos en un comedor universitario por 4,5.€ Sí. Habéis leído bien. Tres platos, postre, fruta y bebida por ese precio. Hasta los jubilados se apuntaban. Tras intentar dormir de nuevo de tarde y serme imposible nos marcamos una noche de viernes un poco más relajada aunque con barra libre de calimocho en medio. No había bebido mucho pero el sueño y el cansancio me hicieron alcanzar un punto de felicidad hasta que me desplomé en la cama a eso de las cuatro.
A la mañana siguiente, algo más despejados, hicimos algo de turisteo. Ya sabéis, encontrar la rana en una pared llena de cosas, el bicho comiéndose el helado tallado en piedra, el astronauta que está al lado, la casa de las conchas, la plaza mayor, bibliotecas super-antiguas... La verdad es que la ciudad tiene mucho encanto, la parte vieja claro. Un señor muy majo que debía de ser historiador nos estuvo contando todos los entresijos de la fachada donde se encuentra la famosa rana. ¡Qué majo el Salmantino! Nos tomamos unas tapas para no variar y nos dirigimos a casa de un amigo a... redoble de tamores... ¡beber! Lo sé, parezco medio-alcohólica pero es que parece que los universitarios de allí no hacen otra cosa. En mi defensa diré que en ningún momento alancé ese punto de tener lagunas mentales. Esa noche conocí a muchísima gente nueva y muy maja. También me encontré con varios alemanes de Eramus y con un italiano. Me encanta soltarme con los idiomas cuando estoy de fiesta. Mira que tengo el alemán algo olvidado pero una de las chicas me dijo que si yo era alemana porque lo hablaba genial En fin, debe ser que no vio mi pelo oscuro ni mis ojos porque vamos... Había tunos por todas partes y muchísima gente. Los pubs en los que estuve, una pasada. Esa noche más de lo mismo, mucho baile, fiesta y sobre las seis de vuelta para casa. Me dormí de puro agotamiento mientras mi amiga me trataba de contar algo en vano.
Lo dicho, un muy buen fin de semana para romper la rutina y enfrentarme con más fuerza si cabe a este curso (bueno, eso cuando recupere el sueño del todo). Hoy ya he estudiado una horita y aunque próximamente no tenga ninguna meta u objetivo concreto, ando bastante feliz.
¡Paz y amor a todos!
A esa maravillosa ciudad llegamos el jueves casi a las dos de la mañana por lo que entre vestirse y medio-arreglarse sólo pudimos disfrutar de unos diez minutos de barra libre. Nunca había bebido un vaso entero de un trago. No lo recomiendo. Sube en seguida pero cualquier otra bebida que ingieras después puede ser el fin. Volví a ver a mi "primera", llamémosla así. Esa persona con la que pasan cosas aunque sea con unos cuantos grados de alcohol encima pero que te hacen replantearte muchos aspectos de tu vida. Estaba guapísima esa noche y me encantó volver a verla después de un año a pesar de que se tuviera que ir en seguida. Yo, por el contrario, me dediqué a probar todos esos chupitos extraños que en mi ciudad no hay y allí valían la mitad (canela, huevo, chocolate...) Es exagerado lo poco que vale todo, sobretodo la comida y el alcohol.
A la mañana siguiente con dos horas de sueño encima, no exagero ya que después de llegar de fiesta todavía nos entretuvimos fumando un poco de pipa de agua, me fui a clase con mi amiga. Apostamos una cena a ver quien se rajaba antes pero allí estaba yo, muerta del sueño. Ni siquiera pude ponerme las lentillas porque me ardían los ojos. La clase estuvo bastante entretenida y por suerte la profesora no me preguntó nada porque mi voz de ultratumba hubiera asustado a cualquiera. Entendí cosas y todo a pesar de no ser de mi rama. Sinceramente, no sé como la gente sale de jueves y luego van tranquilamente a clase los viernes. Porque yo lo hice un día y NUNCA MAIS!
Después de un pincho intenté dormir algo para recuperar pero me fue imposible. Recordando las tonterías de la noche pasada o de hace años nos dio la hora de comer. Decir que mi amiga de allí la conozco desde hace unos ocho años más o menos así que imaginaréis todos los momentos que hemos podido compartir Comimos en un comedor universitario por 4,5.€ Sí. Habéis leído bien. Tres platos, postre, fruta y bebida por ese precio. Hasta los jubilados se apuntaban. Tras intentar dormir de nuevo de tarde y serme imposible nos marcamos una noche de viernes un poco más relajada aunque con barra libre de calimocho en medio. No había bebido mucho pero el sueño y el cansancio me hicieron alcanzar un punto de felicidad hasta que me desplomé en la cama a eso de las cuatro.
A la mañana siguiente, algo más despejados, hicimos algo de turisteo. Ya sabéis, encontrar la rana en una pared llena de cosas, el bicho comiéndose el helado tallado en piedra, el astronauta que está al lado, la casa de las conchas, la plaza mayor, bibliotecas super-antiguas... La verdad es que la ciudad tiene mucho encanto, la parte vieja claro. Un señor muy majo que debía de ser historiador nos estuvo contando todos los entresijos de la fachada donde se encuentra la famosa rana. ¡Qué majo el Salmantino! Nos tomamos unas tapas para no variar y nos dirigimos a casa de un amigo a... redoble de tamores... ¡beber! Lo sé, parezco medio-alcohólica pero es que parece que los universitarios de allí no hacen otra cosa. En mi defensa diré que en ningún momento alancé ese punto de tener lagunas mentales. Esa noche conocí a muchísima gente nueva y muy maja. También me encontré con varios alemanes de Eramus y con un italiano. Me encanta soltarme con los idiomas cuando estoy de fiesta. Mira que tengo el alemán algo olvidado pero una de las chicas me dijo que si yo era alemana porque lo hablaba genial En fin, debe ser que no vio mi pelo oscuro ni mis ojos porque vamos... Había tunos por todas partes y muchísima gente. Los pubs en los que estuve, una pasada. Esa noche más de lo mismo, mucho baile, fiesta y sobre las seis de vuelta para casa. Me dormí de puro agotamiento mientras mi amiga me trataba de contar algo en vano.
Lo dicho, un muy buen fin de semana para romper la rutina y enfrentarme con más fuerza si cabe a este curso (bueno, eso cuando recupere el sueño del todo). Hoy ya he estudiado una horita y aunque próximamente no tenga ninguna meta u objetivo concreto, ando bastante feliz.
¡Paz y amor a todos!
1 comentario:
Menudo finde te has pegao! Otras sin embargo tamos aquí con un gripón del quince,jeje. Empiezas prontito a estudiar. Menuda fuerza de voluntad...
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