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9 de octubre de 2010

Pipa de la paz

Buenos días a todos/todas. Tengo un dolor de cabeza y de piernas horripiflipante pero no porque me haya puesto mala de nuevo (algunos dicen que nunca estuve muy buena, ellos que sabrán...) Esta vez yo me lo he buscado.

Y es que ayer fue un día de esos subrealistas pero bonitos como dirían en Notting Hill. Empezó como siempre, un aburrido día de clase en el que me despedí de mis compañeros hasta dentro de casi una semana (se nos juntan los festivos) De tarde fui a recibir mi regalo tardío de cumpleaños y, por fiiiiiin, tengo una pipa de agua. Mirad que cuqui.



Lo gracioso es que se la pedí a mi tía como adorno aunque fuera a fumarla alguna que otra vez. No me malinterpretéis, sé que el tabaco es malísimo y todo eso pero de vez en cuando, mientras sienta que no me engancho me gusta probar sabores nuevos como bombones de chocolate, coca-cola, menta, etc Mi sorpresa fue cuando mi tía, una persona que siempre me pareció poco permisiva me regala lo necesario para poder fumar (con sentimiento de culpa eso sí): carbones y tabaco. No contenta con eso empezamos de hablar de botellones y demás y, aún no sé cómo acabé con tres botellas de tequila de México en mi casa. Según ella allí es muy típico beberse unos chupitos para mejorar la digestión y me iba a venir genial para mi reciente minienfermedad. Mi prima y yo flipábamos.

Rápidamente me dirigí a comprarle un pequeño detalle a nuestro cumpleañero de ese día, no sin antes realizar mi buena acción del día a una mujer muy amable que recogía cosas de la basura. Compramos una pequeña tarta, velas... lo de siempre. Cenamos aprisa y corriendo me duché en un suspiro y pa' fuera. Estrené falda azul marino y camiseta de rayas (y sí, tuve que escuchar a alguno cantando Soldadita marinera)

La verdad es que fue una noche genial. Los cumpleaños siempre irradian ese buen rollo de momentos únicos en el año. Encima es que hacía un calorazo que no me hizo falta ni la chaqueta. Era Viernes y tenía toda la noche por delante. La inm se había equivocado y no había llovido en todo el día. ¿Qué mas se podía pedir?

Tras mil fotos, mil "cumpleaños feliz", besos, risas y un sumergimiento de cámara en líquido calimochil en el que nadie salió perjudicado finalmente me quedé con un único amigo a eso de las cuatro. Y no era el del cumple. Será que madrugar afecta.

Empezamos a conocer gente, a acoplarnos a grupos donde conocíamos a un único individuo de un día y cosas así. Por eso en el borrador tengo tantos nombres de desconocidos, claro, ahora lo entiendo todo... ¬¬

Chica-lapa hizo finalmente aparición y ya se sabe que nada es verdad ni mentira, todo depende según el alcohol con el que se mira.

Conclusión: nunca me he sentido tan orgullosa de mi colección de pañuelos. Justo cuando más los necesito para tapar esta cantidad de cardenales.

Paz y amor en este fin de semana que sigue y sigue.


1 comentario:

Estela Rengel dijo...

Pañuelos? Cardenales? Chica-lapa? Uyyyyyyy, alguien se lo ha pasado bien... xD

 

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